viernes, 28 de mayo de 2010

VISITA DE UN MUSEO EN SECOND LIFE

Ayer celebramos una de nuestras sesiones de "Una tarde, una obra" y decidimos, por primera vez, trasladarnos del aula a Second Life. La experiencia no pudo haber sido más estimulante. Visitamos juntos la Art Gallery Classic Paintings and Textures, un museo imaginario con reproducciones de las principales obras de la Historia del Arte que albergan hoy los grandes museos como el Louvre, el Prado o la National Gallery. Pudimos pasearnos por las salas del museo y practicar la identificación de piezas y el comentario crítico de algunas obras de arte, como la Trinidad de Masaccio (1425, Santa Maria Novella de Florencia), el Nacimiento de Venus de Botticelli (1484, Los Uffizi) o La Última Cena de Leonardo da Vinci (1495, Santa Maria delle Grazie de Milán).

Las imágenes del museo son de alta resolución lo que permite acercarse a las obras y contemplar cualquier detalle representado y analizar hasta la pincelada del pintor. El Museo incluye también alguna recreación visual, aunque parcial, de algunos espacios reales, como la Capilla Sixtina. ¡Hasta podemos levantar la cabeza y observar el techo pintado por Miguel Ángel! En este sentido, una pregunta que nos hicimos fue: ¿no podrían los principales museos del mundo seguir la misma senda y ofrecer a los internautas recorridos similares, a través de sus salas, en Second Life? Sería de extraordinaria relevancia para el estudio de la Historia del Arte y para el mayor conocimiento de las principales pinacotecas del mundo. Second Life deja también la puerta abierta a la iniciativa de reconstruir espacios desaparecidos, como por ejemplo, el Palacio del Buen Retiro o el viejo Alcázar de Madrid, por poner sólo dos ejemplos.










La visita de este museo nos ha permitido, además, hacernos algunas preguntas. ¿Cómo está organizada la colección?, ¿responde a algún criterio cronológico o geográfico?, ¿cuál es la visión de la Historia del Arte que nos quiere contar? Son preguntas, en realidad, aplicables a cualquier museo que visitemos. Este museo da mucha importancia a la pintura italiana y dedica salas enteras a los grandes genios de la Historia del Arte. Un criterio, como veis, muy convencional. Le interesa muy poco comparar y confrontar cuadros de diferentes artistas, o establecer paralelismos entre distintas épocas y espacios.

Second Life tiene un gran potencial en el ámbito educativo. Supone, a mi modo de ver, una auténtica revolución para la didáctica de la Historia y de la Historia del Arte. Imaginad que se multiplicaran museos como este, para dar cabida, también, al estudio de la escultura. ¡Nos permitiría contemplar y estudiar una determinada escultura desde todos sus ángulos! El estudio de la arquitectura se vería también muy beneficiado si Second Life contara con recreaciones de las principales edificaciones de la historia. Como veis, la visita de este museo, nos permite también soñar. ¡Espero que muchas veces llevemos nuestras clases a Second Life!

sábado, 15 de mayo de 2010

Una tardía visita al Mauritshuis Museum

Hoy 14 de mayo de 2010, después de llevar viviendomás de dos años en la ciudad holandesa de La Haya, me he decidido a visitar por fin el Mauritshuis Museum. Sí, lo sé, es algo imperdonable pero como dice el sabio refranero español “más vale tarde que nunca”. Un pequeño palacio del siglo XVII alberga este museo de arte. El edificio se encuentra muy cerca del Binnenhof, actual sede del parlamento holandés, así como en las proximidades de un hermoso lago. El museo, privatizado en el año 1995, ofrece una más que respetable colección de pinturas correspondientes a los artistas de la Edad de Oro de la pintura holandesa así como pinturas correspondientes a otros periodos de la pintura flamenca y holandesa. Aquel que se decida a visitarlo podrá contemplar obras de Rembrandt, Rubens, Vermeer, Van Dyck, Roger van der Weyden, Jan Steen o Frans Halls. Las pinturas se encuentran distribuidas en varias salas de las dos plantas que tiene el edificio. El tamaño del edificio no es muy grande por lo que el visitante no se sentirá agobiado ni abrumado por una exposición ingente de obras de arte. Me gustaría hacer referencia, brevemente, a tres obras que me han llamado especialmente la atención. La primera, como no podía ser de otra manera, es la famosísima obra de Jan Vermeer: “La joven de la perla”. De esta obra sorprenden sus reducidas dimensiones, la sencillez de su temática, el oscuro fondo de la representación y su contraste con la blanca piel de la joven y los vivos colores de su atuendo. Había leído varias descripciones de esta pintura y todas ellas coincidían en señalar que la joven interactúa con el espectador al mirarlo directamente y al abrir ligeramente la boca; algo que he tenido la oportunidad de comprobar que es totalmente cierto. Tal vez lo que más me ha gustado es ver como una representación tan simple puede proyectar tanta fuerza.
El segundo de los cuadros que me gustaría mencionar pertenece también a Vermeer y lleva por título “La vista de Delft”. Delft es una pequeña ciudad situada a unos quince kilómetros de La Haya. Esta pintoresca ciudad es famosa, sobretodo, por haber visto nacer a Jan Vermeer. Al margen de consideraciones técnicas, me parece que Vermeer refleja a la perfección en este cuadro, uno de esos días en los que el sol decide hacer acto de presencia en la gris Holanda. Llevo dos años y medio viviendo en Holanda y cuando he entrado en la sala y me he topado de frente con este cuadro, he establecido un paralelismo inmediato con la percepción de los colores, las sobras, las texturas, la luz y, en definitiva, con las sensaciones que me producen los escasos soleados días de Holanda.

La tercera y última obra a la que me gustaría hacer referencia es una obra que hasta el día de hoy no conocía. Es una obra de Rubens titulada “anciana y niño con velas”. Sobran los comentarios sobre la maestría de Rubens en el manejo de las luces y las sombras en este cuadro. En esta obra la vejez, magistralmente representada, y la infancia se presentan al espectador con una ternura que no puede dejar a nadie indiferente. En este museo el espectador también podrá contemplar la famosa “lección de anatomía” de Rembrandt o su famoso autorretrato. Por último, me gustaría referirme a una pequeña sala del museo en el que se exponen numerosos cuadros con representaciones de gabinetes de pintura de los siglos XVII. A través de estos cuadros el espectador podrá formarse una idea bastante precisa de cómo eran los “antiguos museos” y de cómo se disponían las obras en las paredes de estos gabinetes, una disposición que nada tiene que ver con la actual disposición de las obras de arte en los museos de hoy en día. En definitiva, el Maurithuis Museum bien merece una visita.