Salimos de San Lorenzo a las 9:30 y llegamos a Valladolid a eso de las 11:00 después de perdernos por varios polígonos industriales. Gracias al navegador del coche conseguimos encontrar la calle que estábamos buscando y tras dejar a mi mujer, me dirigí al museo, que se encuentra enfrente del Campo Grande, dentro del edificio del Real Colegio de los PP. Agustinos, obra de Ventura Rodriguez.
Es un edificio de estilo neoclásico, de formas muy sobrias y estilo plenamente funcional. Es un antiguo monasterio e incluye iglesia. Actualmente se utiliza para la formación en teología.
Pegado a la derecha de la fachada (según la miramos a la izquierda), encontramos una espectacular portada, exenta de cualquier edificio, que es la fachada de San Juan de Letrán, que en el s. XVIII sufrió un notable cambio cuando el arquitecto Matías Machuca trazó la fachada y revistió sus bóvedas con suntuosas yeserías en una versión barroca de tipo rococó, que da acceso a la capilla de las MM. Carmelitas descalzas. Por desgracia estaba cerrado.
Me dirigí a mi objetivo, que no era otro mas que el museo de arte oriental, y me encontré con la desagradable sorpresa de que había un grupo de visita. Esto fué antes de las 11:30. Me dijeron que debía esperar al menos hasta las 12:00, así que decidí visitar el monasterio. No había mucho que ver, puesto que es muy sobrio y carente de todo ornamento. Pude ver algunas fotos de la exposición, pero no merece la pena ni comentarlas. Pasadas las 12:00, seguía la visita y no pude entrar, así que decidí no perder más tiempo y me dirigí a la calle Recoletos, que es otro lateral del Campo Grande.
No me arrepiento de la decisión porque pude descubrir un fantástico elenco de edificios de viviendas realizados en distintos estilos artísticos, desde neoclásico hasta Art Decò, pasando por otro neorenacentista, y del que no he encontrado catalogación.
Lo primero que me encontré fué el enorme monumento a Cristóbal Colón de Antonio Susillo. En principio destinado a La Habana pero que, tras la pérdida de Cuba en la guerra, recala definitivamente en Valladolid en 1905. De estructura piramidal, está dividido en dos alturas y culminando el conjunto aparece la figura de Cristóbal Colón sobre una barca guiado por la Fe.
Dejando atras el monumento me dirijo directamente a un edificio que he visto de paso al museo.
Es un edificio curioso, porque no pega en una ciudad pequeña como Valladolid, es más propio de una gran calle de París. Es conocido como la casa del Principe. Ejemplo del modernismo local, obra de Jerónimo del Arroyo (1906), está realizada al mas puro estilo Art Decò.
Estuve un buen rato observando el edificio, que es digno de admiración. Qué pena que no me llevé los prismáticos.
Después de salir de mi ensimismamiento, entré por la calle Colmenares, a ver qué encontraba, y descubrí otro fantástico edificio de estilo modernista, no tan elaborado como el anterior, pero también digno de admiración. Está muy mal conservado y luce poco, pues la calle es muy estrecha y carente de iluminación natural, una pena.
Continué mi paseo por la calle Gamazo y pude observar como en la lejanía comenzaba a aparecer otro relevante edificio, muy sucio, pero muy característico entre los demas. Este edificio es más propio de un país de centro-Europa, como puede ser Austria. De estilo modernista, con el balcón superior de madera sobresaliendo del voladizo.
Para terminar mi paseo, me dirijí directamente a la plaza de Zorrilla donde pude observar cuando salía del aparcamiento un edificio singular a mi derecha que me llamó mucho la atención. Se trata de la fachada de la Academia de Caballería, decorada en varias panoplias con las cruces de las órdenes militares de Alcántara, Santiago, Calatrava y Montesa. La colocación de los sillares de la segunda planta es muy curiosa porque no son cuadrados sino hexagonales, es precioso.
Espero que os haya entretenido mi paseo por la capital pucelana. Pido disculpas por la calidad de las fotos, son del movil. Animo a todo el mundo a que os deis un tranquilo paseo por cualquier ciudad, ante vosotros aparecerá un maravilloso mundo de imágenes y formas que no esperabais. A menudo, por no decir siempre, los árboles no nos dejan ver el bosque. Que lo disfrutéis.
Bibliografía:
Folleto EL VALLADOLID BURGUÉS Y CAMPO GRANDE, editado por la Sociedad Mixta para la Promoción del Turismo de Valladolid, S.L.
¡Esto sí que es aprovechar el tiempo, Israel! Me ha encantado tu relato de la excursión a Valladolid. Mereció la pena desde luego aunque los planes iniciales se torcieran.... a menudo ocurre así. Todos, creo que nos fijaremos en estos edificios la próxima vez que visitemos Valladolid. ¡Gracias!
ResponderEliminarDiana Carrió-Invernizzi