lunes, 14 de noviembre de 2011

La Madonna Sistina






Este fin de semana tuve la oportunidad de visitar la ciudad de Dresde, a 2 horas de Berlín, aparte de ser una ciudad encantadora su Galería de Pintura de Maestros Antiguos, ubicada en el palacio Zwinger - obra de arte de la arquitectura Barroca - es uno de los más importantes de Europa.
Me encantaría contar de varias cosas interesantes que vi pero en vista de su fama voy a comentar de la “Madonna Sixtina” porque ¿quién no conoce los famosos angelitos?
La Madonna Sixtina es una pintura al oleo sobre tela del famosos maestro italiano Rafael Sanzio. Fue realizada alrededor de 1513-1514. La obra mide de 265cm por 196cm.
El cuadro fue realizado bajo encargo del Papa Julio II para el Convento de San Sixto (de ahí el nombre) de Piacenza. Otra teoría afirma que fue para la tumba del propio prelado.
Al momento del encargo, Rafael era uno de los dos más importantes artistas de la época, junto con Miguel Ángel.
La tela de una simplicidad exquisita presenta en el centro a una virgen María joven que desciende hacia el mundo terrenal con el niño Jesús en brazos. El cielo está representado por una nube de cabezas de querubines difíciles de distinguir al primer momento. La tierra está representada en los pies descalzos de la Virgen y en el parapeto en el que se apoyan los dos angelitos y que separa el espacio divino del terrenal donde se encuentra el espectador.
A la derecha de María se inclina San Sixto quien con su mano derecha nos señala a nosotros los hombres, a la izquierda se arrodilla humildemente Santa Bárbara que se reconoce porque sobre su hombro se vislumbra la torre donde fue encerrada. Estos dos santos eran venerados en la iglesia de San Sixto. Se hace alusión al papa a través de la tiara papal de tres coronas que se ubica sobre el parapeto bajo el santo.
La virgen mira directamente al espectador- los fieles y su caminar se acentúa por los movimientos de su ropa que al ser levemente levantados por el viento acentúan la figura de la mujer y que es característica de las pinturas de Rafael. Trae a su hijo del cielo y en su mirada serena pero cargada de sentimiento se adivina que conoce el destino que tendrá el niño, lo acepta y nos lo comparte. La seriedad del niño parece decirnos lo mismo. En realidad todos en el cuadro lo saben y saben que nosotros también. Es un juego circular de miradas conscientes que se presenta por primera vez gracias a la maestría del gran pintor del Renacimiento. Hasta este momento no ha habido una obra que involucre de una manera tan teatral al fiel que pasa a ser parte fundamental de lo que está sucediendo.1 Los pintores máximo representaban a algún personaje dirigiéndose al espectador y encaminándolo hacia el centro de la acción.
Los ángeles tienen la función de separar los espacios, dar una sensación de perspectiva y quizá restar un poco de dramatismo a la situación por medio de un recurso de alguna manera divertido2.
La paleta de colores usada es de tonos fríos con unos detalles de rosado y dorado. La estructura es como de un rombo con el vértice superior en la cabeza de la figura principal, los laterales en los santos y el inferior en los ángeles.
El cuadro se inscribe plenamente en los cánones del renacimiento y reitera lo que dice Gombrich sobre el artista: su maestría para crear imágenes de extrema dulzura, gran sencillez pero profundamente estudiadas y llenas de vida además de ser parte de un equilibrio perfecto donde nada es demasiado y cualquier cosa de menos se sentiría.

1 http://it.wikipedia.org/wiki/Madonna_Sistina
2 http://www.strangeart.it/2011/06/la-madonna-sistina-di-raffaello-analisi-in-video/
http://mv.vatican.va/1_CommonFiles/pdf/Eventi/convegni/04_madonna_sistina.pdfE. H. Gombrich. La historia del arte. D

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