Hacía diez años que no visitaba Roma. La última vez fue poco después de que naciera mi hijo Alex y ahora, hemos tenido la oportunidad de ir toda la familia. Ha sido un viaje preparado con muchas ganas y disfrutado y aprovechado al máximo. En tres días, con el mapa en el bolsillo, la cámara al hombro y zapatos cómodos nos hemos recorrido los monumentos más importantes de la ciudad. Y... ¿que os puedo decir? Roma siempre es fascinante por su grandiosidad y su historia pero este viaje ha sido especial porque buscaba todo lo que hemos ido estudiando durante el curso y además al ir con los niños y ver en sus ojos la sorpresa y las ganas de que les contáramos "más cosas de los romanos", la experiencia ha sido estupenda.
Aunque entramos en muchas iglesias, esta es una de las que más me impresionó (aunque es muy difícil elegir). Se trata de Santa María en Trastevere. Como muchos de los templos de Roma, Santa María "aparece" entre callejuelas estrechas y pintorescas de un barrio popular. Te sorprende. Es la iglesia más antigua de la ciudad donde se celebró la primera misa católica. Nació en el siglo III por un encargo del Papa Calixto. El exterior, además de un mosaico en la fachada, cuenta con un campanario románico que le da al conjunto un aire medieval. El interior es impactante. Un enorme mosaico bizantino ocupa todo el frontal, detrás del altar. Iluminado resulta muy hermoso.
Aquí me tenéis con mis hijos, escuchando la explicación de Laocoonte y sus hijos. Para entrar en los Museos Vaticanos nos tuvimos que armar de paciencia. Las colas eran enormes pero no podíamos dejar de verlo. Una vez que entras te asombra la cantidad de obras de arte que se encuentran en este museo, el poder de la Iglesia Católica a través del tiempo también se percibe. Pero volviendo a Lacoonte y sus hijos, la impresión que uno tiene cuando ve la obra al natural es diferente a lo estudiado. Cambian las proporciones (me imaginaba el conjunto más grande) y por supuesto que al estar delante de la obra artística te envuelve toda su historia, aprendes sin darte cuenta y te surge una curiosidad imparable.
Dicen que Santa María Maggiore es después de la Basílica de San Pedro, la iglesia más bonita de Roma. Fue fundada en el siglo IV y conserva la primitiva planta Basílica.
Dicen que Santa María Maggiore es después de la Basílica de San Pedro, la iglesia más bonita de Roma. Fue fundada en el siglo IV y conserva la primitiva planta Basílica.
Pudimos ver por supuesto la Capilla Sixtina con la maravillosa obra de Miguel Ángel y las Estancias de Rafael. Me gustó, sin embargo, encontrarme con La ninfa Galatea de Rafael. No tenía pensado ir a Villa Farnesina pero una vez más, callejeando fuimos a dar con ella y me encantó. No contaba con que el fresco estuviera ocupando solo un pequeño espacio en una enorme habitación. Y desde luego, los colores no son tan brillantes como debieron ser pero la belleza de la obra es evidente.
Aquí os dejo un recuerdo de un fin de semana fantástico.
Gracias, Sandra, por contarnos tu fin de semana en Roma. Nos das mucha envidia sana a todos... Por mucho que la visites, Roma siempre te sorprende, ¡es la Ciudad en mayúsculas! Qué bien que encontrarais tiempo para visitar la Farnesina. La Villa encargada por Agostino Chigi y las pinturas de Rafael evocan muy bien este momento feliz y despreocupado en el que estaba sumida Roma antes del Sacco de 1527... ¡Feliz año!
ResponderEliminarDiana Carrió-Invernizzi
A mí me das envidia nada sana!!! jajaja
ResponderEliminarYo estuve en mayo por tercera vez, y cada vez es nueva y distinta. Aunque reconozco que la primera vez, hace ya más de diez años, quería ver tantas cosas que al final llegué a saturarme un poco y no disfruté tanto. Y es que en Roma es imposible verlo todo, y la mejor manera de verla es pasear y respirar el ambiente de la ciudad, y como te ha pasado a ti con Villa Farnesia, ¡siempre te acabas encontrando con algo!
Bea